Con la llegada del profesionalismo al running, casi todos los esfuerzos se han centrado en el rendimiento. Los entrenadores buscan lo máximo de sus atletas. Estos necesitan los mejores registros para mantener sus ingresos y poder seguir con su vida de deportista de élite. Viven con la presión de la marca y del máximo rendimiento. Las grandes firmas comerciales y profesionales relacionados con el deporte buscan sus beneficios. Desde que entra en juego el DINERO nos alejamos de la esencia de las cosas y pasa a todo vale para mantener esos ingresos. Los atletas y entrenadores experimentan nuevos métodos y sistemas de entrenamiento que buscan de la manera mas rápida resultados. Muchas veces en contra de criterios como la ética, la justicia y la salud. Se produce una curiosa contradicción entre los valores que propugna el deporte y los métodos y formas de lograr la excelencia deportiva. Pero al final es su manera de ganarse la vida y saben que de este deporte no se va a vivir mucho tiempo.
Ya la psicología del deporte aborda el estrés que puede provocar la competición y los entrenamientos en los atletas, como afrontar las lesiones,...Nos dan hasta estrategias para poder enfrentarnos con éxito a estas situaciones. Nos habla de motivación y como podemos fomentarla. Al observar los estudios vemos que cada persona reacciona de una manera diferente ante el estrés y tiene sus propias maneras para abordarlo. El entrenador debe conocer a su atleta, no sólo a nivel deportivo también a nivel emocional y saber como ayudar a ese determinado atleta en la competición o los entrenamientos. Para que su actuación ayude a un mejor resultado. También se debe maximizar el rendimiento del atleta desde esta perspectiva.