miércoles, 22 de abril de 2015

Cuándo y cómo volver a entrenar después de una lesión

Todos hemos tenido que parar nuestros entrenamientos por una lesión y sabemos lo desesperante que puede llegar a ser no poder hacer aquello que tanto nos gusta. Sin embargo, hay que tener cuidado con precipitarnos a la hora de retomar nuestra actividad física, porque una recaída puede complicar todavía más nuestra recuperación.



Quizá lo más difícil sea reconocer cuándo estamos preparados realmente para reanudar nuestra actividad. Una buena forma de determinar si ya estás recuperado de tu lesión es la presencia de dolor. El dolor no es buena señal, como puedes suponer, pero no sólo no debe doler cuando entrenas o cuando utilizas la parte del cuerpo donde estuvo el problema, para cerciorarnos de que estamos completamente recuperados, debemos someternos a una exploración para comprobar que no existe dolor en la zona.




Si no tienes ningún tipo de dolor y hay un movimiento normal donde estuvo la lesión, puedes retomar tu actividad, sin embargo, no esperes encontrarte en las mismas condiciones en que estuviste antes de lesionarte inmediatamente, dependiendo del tipo de lesión y del tiempo que padeciste la misma tu adaptación al entrenamiento, a tus ritmos y cargas normales, tardará más o menos, dependiendo de tu genética y de una buena planificación que evite una recaída.


Lo primero que debes hacer antes de retomar tus entrenamientos es estudiar las causas que provocaron tu lesión; el sobrentrenamiento, una mala técnica de carrera, un calzado inadecuado, correr demasiado (en el caso de la carrera) sobre superficies duras como puede ser el asfalto, carencias en el trabajo de fuerza, dismetrías propias del corredor, falta de estiramiento etc. Una vez localizada la causa, hay que centrar el plan de entrenamiento durante un tiempo a la optimización de todas las capacidades del atleta procurando que el trabajo de la zona afectada sea lo más progresivo posible.



Es posible que durante el tiempo que la lesión te mantuvo parado, hayas practicado deportes en los que la carga en la zona afectada sea menor, para de este modo no perder la forma física, pues es conveniente que sigas intercalando esta actividad en tus entrenamientos al principio o incluso en, algunos casos, puede que sea necesario que continúes con esta actividad para evitar recaidas, dependiendo de cual haya sido el origen de la lesión.

El cómo afrontamos las primeras semanas de entreno es importantísimo, pues el cuerpo se encuentra en la misma situación de debilidad que se tiene cuando uno empieza a hacer deporte por primera vez, por lo tanto es fundamental ser paciente y cuidadoso, nuestra atención debe centrarse en poder recuperarnos bien durante un tiempo y fijarnos metas realistas para no ocasionarnos ansiedad y entrar en bucles de ansiedad que no nos permitan ni avanzar ni recuperarnos completamente.


Si al retomar la actividad nos encontramos con que vuelve el dolor, debemos parar inmediatamente y acudir a un especialista que estime el estado de nuestra lesión y nos determine pautas que favorezcan a nuestra pronta recuperación.

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