150 millones de personas en todo el mundo a día de hoy sufren depresión, de éstas tan sólo un 23% busca tratamiento para esta enfermedad mental y de éste 23% sólo el 10% recibe una ayuda adecuada. Según lo testificado por el Doctor Trivedi, el director del programa de investigación sobre trastornos del humor de la Universidad Southwestern de Texas (EE.UU.) correr tres veces por semana es tan eficaz como los antidepresivos.
El experimento realizado en la Universidad de Southwestern de Texas, consistió en observar a 80 personas durante tres años con síntomas moderados de depresión con edades comprendidas entre los 20 y los 45 años, los participantes en dicho experimento fueron separados en cuatro grupos diferentes que realizarían actividades físicas de distinta intensidad. La sorpresa fue que después de 12 semanas todos los individuos que hicieron ejercicios aeróbicos duranta 30 minutos al menos 3 días a la semana redujeron sus síntomas en casi un 50%. Por otro lado, los que realizaron esta actividad menos de tres días a la semana manifestaron un 29% de mejora en sus síntomas.
Estos porcentajes son comparables a la respuesta que las personas que padecen depresión experimentan con el uso de los medicamentos antidepresivos o a la terapia con psicólogos. Veamos el caso de un estudio del Instituto Nacional de Salud Mental de EE.UU. que comprobó que la remisión de los síntomas depresivos fue de un 36% en la caso de la terapia conductual y de un 42% para los fármacos.
Las ventajas del ejercicio físico sobre los fármacos radica sobre todo en que estos no tiene efectos secundarios, por lo que se puede recomendar a casi todos los que padecen este mal. Sin embargo, hay casos que por su gravedad requieren siempre de la supervisión de un profesional. No obstante, para estas personas también es beneficioso la práctica de este tipo de ejercicios.
Las endorfinas son en gran medida las causantes de esta mejora y de una mejora en general en todos cuando realizamos esta actividad. Las citadas endorfinas son unas pequeñas proteinas que segregamos en distintas experiencias cotidianas -entre ellas cuando realizamos actividades aeróbicas- y que actúan como neurotransmisores de placer, provocan en el cerebro sensaciones similares a las de fármacos como la morfina o la heroína (sin sus efectos negativos) Estos químicos naturales producen una analgesia natural y estimulan los centros del placer, funcionan por lo tanto para combatir el dolor y para sentirse más animado y feliz.
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